Trastorno obsesivo compulsivo
Dr. Matías Amenábar Figueroa.
Médico Psiquiatra y Psicoterapeuta.
Nuevo equilibrio
¿Qué es?
Es un trastorno donde los afectados se sienten asediados en su consciencia por ideas, pensamientos e impulsos que les producen un intenso malestar y les lleva a actuar de forma compulsiva.
La persona bajo la presión de alguna obsesión impulsiva, se ve imperiosamente arrastrada a la ejecución de actos ante los cuales la voluntad es impotente.
La obsesión es irreprimible, invade la mente e impide que el individuo se libere de ella, generando actos compulsivos con la finalidad de disminuir la tensión producida.
Las obsesiones y compulsiones son persistentes interfiriendo significativamente con la rutina normal de la persona, afectando su funcionamiento laboral, social, personal y familiar.
Se estima que un 3% de la población presenta un trastorno obsesivo compulsivo en algún momento de su vida.
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno caracterizado por:
Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que no son experimentados como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos que invaden la conciencia y que son vividos con desagrado o sin sentido.
Compulsiones: son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada con el fin de neutralizar el pensamiento obsesivo. También pueden ser rituales a nivel del pensamiento como reacción a una idea obsesiva. En la mayor parte de los casos la compulsión disminuye la ansiedad, en otros casos, la persona que lo padece indica que se sigue sintiendo tenso, pero lo estaría mucho más si no hubiera efectuado la compulsión.
Las personas afectadas por este trastorno adoptan respuestas de evitación pasiva a los estímulos o situaciones que disparan tales obsesiones.
La persona con obsesiones está consciente de que son generadas en su mente y, al evaluarlas como inapropiadas, irracionales y desagradables, trata sin éxito de ignorarlas o suprimirlas. Al constatar que no puede dejar de repetir las conductas compulsivas y de que es incapaz de controlar sus ideas obsesivas, se le generan importantes sentimientos de culpabilidad. Piensa que está haciendo algo absurdo y su temor de pedir ayuda es tan grande, que puede demorar varios años en acudir a un profesional.
Causas
Falta mucho por descubrir en relación al origen del TOC y se han descrito multitud de hipótesis. Se ha asociado a factores psicológicos, genéticos y a un déficit del neurotransmisor serotonina a nivel cerebral.
El déficit de la serotonina, además de los síntomas obsesivos, juega un rol en la depresión, impulsividad y agresividad.
La probabilidad de presentar un TOC en los familiares de personas con el trastorno es de 3 a 5 veces mayor.
Síntomas
Las obsesiones y compulsiones más frecuentes en personas con TOC incluyen:
Obsesiones
Temor a contaminarse(es la más frecuente).
Duda patológica.
Temor a causar daños a otros o a que le pase algo a los padres, pareja, hijos o algún ser querido.
Ideas agresivas o de contenido sexual.
Escrupulosidad (preocupaciones religiosas incongruentes con el sustrato de la persona).
Números de la buena y mala suerte.
Pensamientos prohibidos.
Necesidad de simetría o precisión.
Necesidad de decir o confesar.
Religiosas: actos blasfemos, dudas religiosas, dudas de fidelidad.
Compulsiones
Lavarse las manos o ducharse varias veces al día para eliminar contaminaciones y de esta manera evitar infecciones. Puede llevar a la reaseguración consultando a médicos por posibles enfermedades y a conductas de evitación (llevar guantes, evitar contactos con objetos contaminados, abrir las puertas con los codos, etc.)
Rezar, confesarse o hacer penitencia como reacción a ideas obsesivas de tipo religiosas (actos blasfemos, dudas de fe, pensamientos impuros con santos, etc.)
Repetir una acción hasta hacerla “perfectamente”.
Repetidas comprobaciones, como asegurarse de haber cerrado la puerta, la llave del gas o del agua.
Tocar de forma repetida ciertos objetos.
Contar objetos o hasta un determinado número.
Ordenar de una forma determinada y repetida.
Acumular objetos aunque ya no sean útiles (no poder tirar nada) y colección de objetos.
Tipos de trastornos obsesivos compulsivos:
Dentro del TOC se pueden diferenciar ocho tipos:
Lavadores y limpiadores: son personas que se agobian con obsesiones relacionadas con la contaminación a través de determinados objetos o situaciones. Es la forma más frecuente del grupo TOC.
Verificadores: los que inspeccionan de manera excesiva con el propósito de evitar que ocurra un determinado accidente o catástrofe.
Repetidores: son aquellos individuos que se empeñan en las ejecuciones de acciones repetitivas.
Ordenadores: son los que exigen que las cosas que les rodean estén dispuestas de acuerdo con determinadas pautas rígidas, incluyendo distribuciones por simetría, color o tamaño.
Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden desprenderse con la idea errónea de que quizás puedan ser útiles en un futuro.
Ritualizadores mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o imágenes repetitivas con el objeto de contrarrestar la tensión provocada por las ideas obsesivas.
Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, que resultan incontrolables y bastante perturbadores.
Sexuales: consiste en pensamientos sexuales recurrentes, que incluyen sobre todo un temor exagerado a ser homosexual.
Diagnósticos
El TOC en niños comienza entre los 5 a 10 años. Un 33 por ciento de los adultos con TOC dicen que sus síntomas empezaron en la infancia. Frecuentemente el niño se avergüenza de sus compulsiones porque no son lógicas, pero no las puede evitar, por miedo a que algo mucho peor suceda. A veces los síntomas afectan mucho al niño en el Colegio. Otras veces sólo están presentes en su casa, y los padres pueden creer que el niño los hace para fastidiarles.
El 50% de los pacientes con TOC además presentan síntomas depresivos.
Tratamientos
Objetivos:
Reducir y eliminar los rituales o conductas que mantienen el mecanismo obsesivo.
Reducir y eliminar las obsesiones.
Mejorar y controlar el estado de ánimo y la ansiedad.
Mejorar el funcionamiento a nivel personal, familiar y social.
Disminuir el sufrimiento que generan las obsesiones y compulsiones en los casos graves.
Farmacoterapia:
La medicación es útil en el control de los síntomas del TOC pero a menudo, si se deja el fármaco, sobreviene una recaída. La mayoría de las personas necesitará medicarse indefinidamente. El primer tratamiento específicamente aprobado para su uso en el TOC fue el antidepresivo tricíclico clomipramina. Los psicofármacos de segunda generación, que son utilizados hoy en día, se llaman inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Estudios extensos han demostrado que estos inhibidores favorecen, al menos ligeramente, a casi el 80 por ciento de los pacientes. Y en más de la mitad de los casos, la medicación alivia los síntomas del TOC al disminuir la frecuencia e intensidad de las obsesiones y compulsiones. La mejoría por lo general no se alcanza hasta las cuatro o más semanas de tratamiento. Además los ISRS tienen la ventaja de menos efectos adversos que la clomipramina.
Técnicas y estrategias de intervención psicológica:
Terapia de exposición y prevención de respuesta (EPR).
Hacer frente a los rituales de reaseguración.
Mantenimiento y prevención de recaídas.
Terapia familiar y de pareja en los casos más graves que lo requieran por las dificultades a nivel interpersonal que puede llevar el TOC.
Terapia de exposición y prevención de respuesta (EPR): La Psicoterapia es un tratamiento necesario y complementario al farmacológico. La técnica EPR de la psicoterapia cognitivo conductual, es eficaz en muchas personas, especialmente en las que presentan compulsiones o rituales. Mediante este método el paciente se enfrenta al objeto o idea temida, ya sea directamente o con la imaginación. Al mismo tiempo, es alentado a evitar sus rituales con apoyo y medios provistos por el terapeuta, y posiblemente por otros que el paciente reclute para asistirle. Los estudios realizados en TOC demuestran que la EPR es una terapia muy exitosa para la mayoría de los pacientes que la completan y los efectos positivos perduran una vez finalizado el tratamiento.